CHICALÁ
El chicalá es uno de los
árboles nativos más adaptables en su distribución altitudinal, pues se
encuentra justo desde el nivel del mar hasta las regiones frías por encima de
3000 m.
Esta amplia distribución por los pisos térmicos de las montañas se
debe, en buena parte, a que es una especie muy cultivada como ornamental. En
forma silvestre, es más común observarlo creciendo en matorrales y bosques
secos en climas calientes y templados. Los ejemplares que se observan en la
Sabana de Bogotá y sus alrededores son todos cultivados.
NOMBRE CIENTÍFICO: Tabebubia y tecoma.
FAMILIA: Bignoniaceas.
NOMBRES COMUNES: Chirlobirlo y fresno.
FLORES
El gran atractivo del chicalá
radica en sus flores de un amarillo brillante, que cubren completamente al
árbol en ciertas temporadas del año. Estas flores, típicas de la familia de las
Bignoniáceas a la que también pertenecen los guayacanes (Tabebuia), tienen
forma de una trompeta o embudo estrecho. Cuando se visita un chicalá en flor en
una hora calurosa y soleada del día, se podrá escuchar el veloz y errático
zumbido de las abejas silvestres (Apidae) que visitan estas flores.
Ocurre a menudo, cuando un
chicalá apenas va a empezar su floración, que un aguacero arroja al suelo
muchos botones cerrados, dejando el suelo tapizado de amarillo. Si uno pisa
este tapiz, algunos botones revientan, produciendo un sonido explosivo.
FRUTOS
Los frutos del chicalá son una
especie de ramas planas y alargadas, al igual que las flores, en
gran cantidad. Las vainas se abren y liberan multitud de semillas con alas
aplanadas, blancas y ligeras como pequeños trozos de papel. Este diseño liviano
y aerodinámico les permite ser llevadas por las corrientes de aire, que las
dispersan lejos del árbol que las produjo. Es curioso notar cómo, en la región
de Bogotá, el solo diseño de las semillas del chicalá ya nos muestra que este
árbol se aparta de casi todas las especies nativas silvestres. Pues, en este
clima frío, los árboles nativos dispersan sus semillas produciendo frutos (a
menudo bastante pequeños) que consumen las aves y otros animales silvestres. O
produciendo semillas diminutas, algunas casi como polvo, que son llevadas por
el aire.
En cambio, el diseño de semillas más o menos grandes y
aplanadas como las del chicalá es típico de los bosques de climas calientes.
HOJAS
Sus hojas son
compuestas, opuestas e imparipinnadas, de 5 a 13 folioladas;
los folíolos aserrados y lanceolados, el folíolo terminal de 2.4 a 15 cm de
largo.
El color de sus hojas al
principio es como café y después de unos meses se va
poniendo verde oscuro.
Es originaria de México y se
extiende de la parte más sureña de Florida, Texas y Arizona (Estados Unidos), a
través de todo México y Centroamérica hasta el norte de Venezuela y a lo largo
de los Andes hasta el norte de Argentina. Está presente en las Antillas. En
Colombia se ha plantado en los departamentos de Antioquia, Cauca, Putumayo y
Nariño, en este último en el valle de Sibundoy; en el departamento de
Cundinamarca se observa en los municipios que conforman la Sabana de Bogotá y
sus alrededores.
Almacenamiento de la semilla
Para su almacenamiento se almacenan en bolsas de papel a temperatura ambiente
(7 meses). Tratamiento pregerminativo Ninguno. Siembra Por semilla y estacas;
la semillas se siembran en semilleros a 1 cm entre una y otra y en hileras
separadas entre sí por 1 cm, al alcanzar las plántulas los 5-7 cm de altura se
trasplantan a bolsas de polietileno y al medir los 20 cm de altura se siembran
en el lugar definitivo.
Muchas de las especies de Tabebuia se
cultivan a efectos decorativos, ya que se caracterizan por florecer antes de
que el follaje caduco vuelva a brotar. Son valiosos también para la
carpintería, que aprecia la dureza, peso y resistencia al agua y las pestes de
su madera; aunque no se adaptan a trabajos delicados por la dificultad de su
trato, son óptimos para material de exteriores. Algunas especies son además
sumamente resistentes al fuego.